Cuarto medio B, mi segunda familia.

 

Aplausos

Al inverso de una patada en la tierra empiezan a hablar
sus palabras saben bien por las orejas
inocentemente hablan más, si supieran…
y cuando gritan
pájaros inflados de pájaros llenan el pecho
no sé que es peor, sus alas o su canto
no sé que es mejor, sus alas o su canto
pero ambas se guardan
no sé donde, en la abstracción
y en lo concreto escapan húmedas
cesan.

Sobre los entrevistados, frente al revelado, a la izquierda de las protestas, a la vuelta de la ropa barata, las ví, las contemplé, escondidas, recién pintadas, yo las quería mostrar al mundo, pero no pude, no tenía como, pero con los ojos les pedí que aguantaran, que me esperaran.

Una semana después las fuí a visitar, seguían intactas, cumplieron su promesa, me permitieron plasmarlas en 10x15, yo estaba feliz.

Una semana después, caminando por el mismo lugar, las fuí a ver, solo habían ramas sin color allá arriba, pero no me importó, ahora ellas viven en una foto, conmigo.

Hoy caminé por el paseo Ahumada, por Plaza de Armas, por el cerro Santa Lucía y por Bellas artes, tres cosas me llamaron la atención, las personas, los perros, y las ambulancias verdes que no ví pero tengo en la mente. Un perro tenía cara de persona, no, nisiquiera era perro, era persona, y la gente no era gente, era ambulancias verdes.

En el cerro Santa Lucía había una estatua de un perro, inmóvil, yo creo que sí era un perro, porque en plaza de armas había una estatua de un humano, que no era estatua, era humano, por unas monedas estrechó la mano para una fotografía, que para cuando revele, el centro estará lleno de estatuas de ambulancias verdes.

Pájaros

Siempre que escribo, se me vienen al pensamiento los pájaros, nose por qué, no se si es algo bueno o un problema, pero siempre acoto todo a los cantores.